Otra vez vemos como se ha reciclado la vieja pugna de la censura valórica que existe en la televisión chilena. Instalando el debate del respeto a la libertad de elección en trincheras católicas y progresistas.

Hasta qué punto una simple caricaturización del Papa y el Vaticano pueden ofender a la comunidad cristiana, llegando generar que amenacen a una empresa de cable con no pagar sus cuentas hasta sacar del aire a la serie animada. Hasta qué punto es valida la idea de libertad que se intenta promulgar en nuestra sociedad, donde libre expresión debería ser eje principal. Demostrando que siempre existirán grupos ortodoxos e intolerantes que buscarán poner barreras a la democracia y especialmente a la libertad de expresión.

Uno de los principales derechos en nuestra sociedad es la libertad de adquirir bienes , basando en un sistema que nos permite elegir que es lo que quiero consumir. Un sistema que la Iglesia Católica y sus seguidores aceptan. Entonces de qué forma la propia iglesia critica las implicancias del sistema que apoya, limitando y censurado las libertades individuales.

Tal como fue el caso de La Ultima Tentación de Cristo, que tuvo casi a los mismos actores que hoy buscan la censura de Papavilla, las autoridades que velan por la libertad de expresión debieran responder con igual firmeza. Instalando la discusión de la existencia de una institucionalidad que vele porque este tipo de arrebatos , no generen la ficticia polémica que está sucediendo .

Lo importante es que las instituciones –sean del estado o privadas- mantengan el criterio de las mayoría y de la posibilidad de expresar las opiniones dentro del marco legal.
La intención de censura a Papavilla es una replica a la reacción de las comunidades musulmanas cuando aparecieron las caricaturas de Mahoma . Dejando entre ver un sentimiento de escozor en personas que jactan de tener la convicción de sus creencias.

A pesar de que este no será la última intervención de la Iglesia Católica en nuestros televisores, la polémica ha logrado incentivar que las autoridades eclesiásticas y grupos conservadores se pongan en “onda” viendo MTV, en canal juvenil más popular del mundo.



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