<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d3606121186867220808\x26blogName\x3dPeriod%C3%ADsticamente\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://perio-distica-mente.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://perio-distica-mente.blogspot.com/\x26vt\x3d-6065864825536446144', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Películas de mi Vida

lunes, 2 de julio de 2007

Tenía siete años y me encantaba ver Charlie Brown. Mi papá trabajaba en Video Master Chile – empresa que traía todas las películas en VHS al país- y nos llevaba todos los estrenos en videos. No sólo eso, si no que poleras, afiches y todo lo que venía con la promoción de la película. Tenía siete años y estaba en segundo básico, vivía en un departamento cerca del centro y estudiaba en el Colegio Concepción de San Pedro, donde aparecía en todos los actos; bailando, cantando o lo que fuese. Tenía a mi nana y mi profe que pasaban todo el día conmigo. Con el Fran veíamos a Snoopy y su pandilla en la pieza de mis papás comiendo pan con palta. Teníamos el libro del mundo de Carlitos, para mí era lo mejor, mi tesoro, mi primer libro. Tenía siete años y me encantaba ir al parque Ecuador los domingos con mi papá. Tenía siete años y mi papá vivía en mi casa.

Tenía ocho años y nos cambiamos a San Pedro, me encantaba esa casa, aunque tuviera una pieza empapelada con los pitufos y me diera miedo dormir ahí. La casa era grande. Mi nana era otra, pero igual la quería. Mi colegio ahora estaba más cerca, pero igual me iba en el bus. En el patio de la casa había un columpio que estaba frente a la pieza donde mi papá guardaba cientos de películas, afiches y accesorios de videos. Cuando pasaba por ahí me metía a esa pieza amarilla y buscaba alguna película nueva de Charlie Brown, a veces tenía éxito y otras no, pero la sensación de estar ahí me hacia sentir bien. Estaba en el que en ese entonces era el mundo de mi papá, o por lo menos el que yo creía que era su mundo.

Ese año recibí mi primera bici. Era navidad y en Conce llovía. En la casa estaba mi hermano, mi mamá, mi papá y mi nana. En la cena sólo los cuatro, ya que mi nana se sentía mal y prefirió quedarse en su pieza. Esa navidad debió haber sido la mejor, pero no sé, hubo algo que me decía que ésta no sería tan buena. Es la úncia que recuerdo con lluvia.
Luego de abrir los regalos nos fuimos donde mi abuela. Yo envolví un par de poleras de Snoopy, de las que mi papá tenía por montones, para llevárselas de regalo a mis primos chicos y a mis tíos. En Conce aún llovía. Nos subimos a la camioneta y en unos minutos llegamos a la casa de mi abuela. La casa era chica, nunca me gustó.
Tenía ocho años y cada mes los viajes de trabajo de mi papá eran más largos. Tenía ocho años y mis papás hablaban menos entre ellos.

Tenía nueve años y mi nana ya no estaba , seguía en el mismo colegio y vivía en la casa de mi abuela, pero sin mi papá. Tenía nueve años y mi papá me pasaba a buscar algunos días del mes. Tenía nueve años y creía que la idea de que mis papás se separaran era las más chora del mundo , ya que sería como Javier Hecker – el weón más bacán de mi curso-; tendría dos casas, más regalos y consentimientos. Tenía nueve años y no entendía por qué el Fran lloraba tanto , o por qué a veces mi mamá tenía que correr de un lado a otro y llamar para que mis tías la acompañaran en la pelu. Tenía nueve años y mis películas de Charlie Brown desaparecían, quizás mi mamá las usaba como regalo de emergencia para algún cumpleaños de los hijos de sus amigas. Mis poleras de Snoopy también se reducían y las pocas que quedaban las usaba para dormir. Tenía nueve años y ese día en el Caracol el enojo de mi papá me dio miedo.

Tenía diez años y tomamos el bus con mi abuela. Nos veníamos a vivir a Santiago. Mi papá nos fue dejar al terminal, creo que no lloré, él tampoco. Mi colegio nuevo me cargaba, nunca participe en los actos ni nada. Pero no importaba, mi mamá estaba contenta. Tenía de nuevo su propio negocio, a mi abuela con nosotros y la veía feliz. Tenía diez años y aún creía que mis papás estuvieran separados era lo mejor de la vida. Tenía diez años y creo que en esos meses vi a mi papá un par de veces. Tenía diez años y ya no me acordaba de Charlie Brown ni Snoopy.

Muy nada

domingo, 1 de julio de 2007

Todos están saliendo del closet:

La otra vez leí en un blog algo que se titulaba así. Hablaba de como las caretas de la gente caen con el tiempo. De como al principio entregar sonrisas, compartir un carrete , regalar un cigarro y tal vez decir amigo , eran sólo una forma de sentirse dentro de la "buena onda" universitaria. Quizás mi inocencia sureña o bien creerme el cuento del buen samaritano han hecho que de a poco me de cuenta que las cosas no siempre son reciprocas.
Tampoco es una apología yoyista de mi capacidad altruista y de lo webón que uno puede llegar a ser. Tampoco es una bitácora de víctima depresiva que quiere llamar la atención.
En verdad no sé, quizás por eso escribo, porque no sé. No sé es mi respuesta asegurada aunque lo sepa.
No sé por que cada vez que el tiempo me sobra pienso lo mismo. Quizá ahora que todos estamos saliendo del closet las cosas se ven más claras en mi seudovida .La competencia ,la conveniencia, las relaciones ficticias y tantas webadas que uno piensa y cree ver . En fin , parte esto me sirve para llevar a la práctica ese concepto de igualdad individualizada que alguna vez le escuche o de lo que decía "Cómo saber decir que no ", un libro desarrollo personal que alguien muy poco práctico me trajo de B.A .
No sé ; en volá a lo mejor soy el único que esta saliendo del closet , el único que ya se cree periodista , el único que intenta hacer cosas, el único que tiene pensamientos weobones , el único “competitivo”, el único que no quiere ser montón , el único que la vende, el único que no ha dicho que se verá en algún alto cargo , el único que se siente capaz de cambiar las cosas , el único que busca pitutos , el único que quiere ser bueno en lo que hace o sólo el único webón egocéntrico que escribe sus pensamientos emos en un blog…en volá faltan sólo 14 días.